miércoles, 27 de agosto de 2014

Cómo ayudar a sus hijos a aceptar determinadas emociones

El miedo es algo necesario para todos. Es de vital importancia que los niños aprendan a detenerse ante el peligro. Pero, por otro lado, ser demasiado miedoso es una gran desventaja: los niños también necesitan poder hablar con los adultos, hablar frente a sus compañeros de clase, conseguir satisfacer sus necesidades y tener una vida social.
El miedo tiene dos objetivos: centrarnos (una serpiente que sale de un arbusto y aparece de pronto ante nosotros nos hace olvidar nuestros sueños y ser más cuidadosos) y darnos energía (¡usted correrá más rápido de lo que nunca podría imaginar!).
Lo que los niños deben aprender para poder manejar el miedo se resume en una sola palabra: PENSAR. Utilizamos nuestra mente para solucionar nuestros miedos, para planificar qué es lo que necesitamos hacer.


Cuatro sugerencias prácticas para controlar los miedos:


1. SER MUY PRÁCTICO. Los niños de tres y cuatro años comienzan a pensar cosas sobre el mundo que les rodea y corren a contarnos muchas de sus preocupaciones. Converse con ellos y sea paciente para evaluar la intuición del niño: a menudo manifiestan reparos o rechazo afrente a ciertas personas o situaciones que luego resultan fundados, aunque esto sea difícil de explicar.

2. HABLAR DE LOS MIEDOS. Si un niño tiene un miedo real, explíquele las pocas probabilidades de que suceda lo que él teme, pero propóngale organizar juntos un plan para llevar a cabo si se presentara el caso y así le ayudará a sentirse seguro otra vez.


3. SI EL NIÑO SIENTE UN MIEDO IRREAL, HÁGASELO SABER. ¡No busque usted monstruos debajo de su cama. 


4. MIEDOS FUNDAMENTALES. Si el niño tiene miedo con mucha frecuencia, utilice usted su habilidad para escucharlo y descubrir qué es lo que está pasando, pues, con toda seguridad, a él le resulta muy difícil explicárselo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario