miércoles, 27 de agosto de 2014

El juego

¿Qué es el JUEGO?



 

¨Representar a través del juego es la medida de autocuración mas natural que brinda la infancia.¨ (Erickson, 1977)

 
El juego es una forma de expresión de los niños, brinda oportunidades de crecimiento físico, emocional, cognoscitivo y social. Aquí es en donde los niños entienden las relaciones, experimentan e identifican emociones, practican roles y exploran situaciones. El juego es el LENGUAJE del niño. Un niño tiene una variedad de opciones para elegir en cuanto a lo que es el juego ya que dentro del juego entran las temperas, los crayones, marcadores, arcilla, plastilina, recortes, jugar con muñecas, peluches, títeres, pistolas, carros, etc.
 

 

Janet West resume el juego como:
1.  Un medio natural de experimentación y aprendizaje del niño.
2. Es un medio que facilita la comunicación y expresión al niño,
3.  El juego es también un medio que permite una liberación de sentimientos y frustraciones.
4.  Las experiencias de juego pueden ser renovadoras, sanas y  constructivas en la vida de un niño.
5.  El adulto llega a entender el mundo del niño de manera más natural al observarlo durante el juego.   
 

Cómo ayudar a sus hijos a aceptar determinadas emociones

El miedo es algo necesario para todos. Es de vital importancia que los niños aprendan a detenerse ante el peligro. Pero, por otro lado, ser demasiado miedoso es una gran desventaja: los niños también necesitan poder hablar con los adultos, hablar frente a sus compañeros de clase, conseguir satisfacer sus necesidades y tener una vida social.
El miedo tiene dos objetivos: centrarnos (una serpiente que sale de un arbusto y aparece de pronto ante nosotros nos hace olvidar nuestros sueños y ser más cuidadosos) y darnos energía (¡usted correrá más rápido de lo que nunca podría imaginar!).
Lo que los niños deben aprender para poder manejar el miedo se resume en una sola palabra: PENSAR. Utilizamos nuestra mente para solucionar nuestros miedos, para planificar qué es lo que necesitamos hacer.


Cuatro sugerencias prácticas para controlar los miedos:


1. SER MUY PRÁCTICO. Los niños de tres y cuatro años comienzan a pensar cosas sobre el mundo que les rodea y corren a contarnos muchas de sus preocupaciones. Converse con ellos y sea paciente para evaluar la intuición del niño: a menudo manifiestan reparos o rechazo afrente a ciertas personas o situaciones que luego resultan fundados, aunque esto sea difícil de explicar.

2. HABLAR DE LOS MIEDOS. Si un niño tiene un miedo real, explíquele las pocas probabilidades de que suceda lo que él teme, pero propóngale organizar juntos un plan para llevar a cabo si se presentara el caso y así le ayudará a sentirse seguro otra vez.


3. SI EL NIÑO SIENTE UN MIEDO IRREAL, HÁGASELO SABER. ¡No busque usted monstruos debajo de su cama. 


4. MIEDOS FUNDAMENTALES. Si el niño tiene miedo con mucha frecuencia, utilice usted su habilidad para escucharlo y descubrir qué es lo que está pasando, pues, con toda seguridad, a él le resulta muy difícil explicárselo.

La terapia centrada en el Cliente de Carl Rogers



Por: Dr. C. George Boeree
Departamento de Psicología - Universidad de Shippensburg
Traducción al castellano: Sara Blanco


Carl Rogers es uno de los teóricos, terapeutas e investigadores más influyentes en psicología. Su enfoque de terapia consiste en permitir que el paciente, que él prefiere llamar cliente, tenga el control de su propia terapia. Originalmente, él lo llamó terapia no directiva, porque creía que el terapeuta debe mantenerse alejado de tratar de ayudar activamente al cliente. En cambio, el terapeuta debe ser un comprensivo ayudante que escucha.
Carl Rogers
Escuchar es una de esas habilidades que todo el mundo piensa que tienen, pero pocos lo hacen en realidad. Rogers introdujo una "técnica" conocida como reflejo: El terapeuta escucha al cliente y "refleja" los pensamientos y sentimientos significativos diciendo al cliente lo que les oyó decir. Algunos terapeutas hacen esto de una manera mecánica, lo que los hace sonar como loros con un grado de psicología, pero eso no es lo que Rogers deseaba. Debe ser una auténtica comunicación de comprensión y preocupación. Hoy en día, el reflejo es sólo una parte de lo que se denomina la escucha activa.
Rogers cree que el trabajo del terapeuta no es tanto hacer esto o aquello, sino "estar" de cierta manera para el cliente. Él habla de tres cualidades que el terapeuta debe exhibir durante las sesiones de terapia:

1. Él o ella debe ser congruente. Básicamente, esto se reduce a ser honesto, no ser falso. Rogers estaba preocupado en particular de que el terapeuta debe ser honesto en lo que respecta a sus sentimientos. Sintió que los clientes siempre pueden decir cuando estás fingiendo, por lo que con el fin de generar confianza en la relación terapéutica, la congruencia es una necesidad.
2. Él o ella debe ser empático. El terapeuta debe ser capaz de identificarse con el cliente, entendiéndolos no tanto como psicólogo sino como una persona que también ha visto parte de sus problemas. El terapeuta debe ser capaz de mirar a los ojos del cliente y verse a sí mismo. La escucha activa es la forma en que el terapeuta puede mostrar que él o ella está tratando realmente entender al cliente.
3. Él o ella debe mostrar al cliente una consideración positiva incondicional. Esto no significa que el terapeuta tiene que amar al cliente, o incluso como ellos. Significa que él o ella debe respetarles como ser humano, y no juzgarles. Esta puede ser la cosa más difícil de hacer para un terapeuta, pero Rogers cree que sólo sintiendo respeto puede mejorar un cliente.